Road trip Lituania – Un cofre del tesoro lleno de sorpresas
Vilnius – Capital y Patrimonio de la Humanidad
Comience su viaje en la capital. Vilnius encanta con su casco antiguo barroco, que también fue incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Al mismo tiempo, Vilnius es una ciudad moderna con un carácter propio. Aquí encontrará, por ejemplo, una estatua de 4,2 metros de altura del músico pop Frank Zappa. El casco antiguo de Vilnius es fácil de explorar a pie. Puede empezar subiendo a la colina del castillo y disfrutar de la hermosa vista del casco antiguo desde el museo local. Después, puedes pasear por la calle del Castillo y disfrutar del encanto del casco antiguo. No hay que dejar de visitar la iglesia de San Pedro y San Pablo. Aunque parezca discreto desde el exterior, el esplendor barroco le espera en el interior. Los numerosos trabajos de estucado le impresionarán. Después, simplemente hay que hacer un recorrido de descubrimiento. En muchos patios interiores hay encantadores cafés y bares y también en las tiendas de recuerdos hay todo tipo de cosas insólitas que descubrir.
Kernavé: un viaje al pasado
Al día siguiente, el viaje continúa hasta Kernavé. La antigua capital de Lituania fue inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2004. En Kernavé merece la pena visitar el Museo Arqueológico e Histórico para conocer mejor la larga historia del lugar.
Aukštaitija – naturaleza pura
Después de la cultura, la naturaleza está ahora en el orden del día. El Parque Nacional de Aukštaitija es el siguiente destino. Aquí se puede caminar por bosques interminables. Pero la mayor atracción del parque nacional son sus 126 lagos, en su mayoría pintorescos. Puede que tenga suerte y vea un alce en la orilla del lago.
La mejor vista panorámica del parque nacional se obtiene desde el pico de Ladakalnis, de 155 metros de altura. También hay varios pueblos-museo para visitar en el parque.
Druskininkai – El gran placer del baño
En el último día del viaje por carretera, el bienestar está en la agenda. Druskininkai es un elegante balneario conocido por sus manantiales minerales. Antes de zambullirse en las aguas, hay que dar un pequeño paseo por la ciudad. Merece la pena visitar la iglesia ortodoxa rusa del siglo XIX. Hay muchos otros edificios hermosos en la ciudad. Lamentablemente, en la época de la Unión Soviética se añadieron algunos edificios que estropean un poco la imagen general.
La verdadera atracción de la ciudad son los manantiales minerales, que se pueden disfrutar mejor en el enorme parque acuático. Aquí no sólo hay innumerables piscinas, sino también toboganes, saunas y una zona infantil independiente. Mientras se relaja en el agua, puede planificar las siguientes paradas del viaje por carretera a Lituania.