Lugares de interés en Narbona

A lo largo de la historia, la ciudad estuvo dominada por los godos, pero también por los moros, hasta que a principios de la Edad Media se convirtió en el centro de los cátaros, una comunidad religiosa cristiana que posteriormente también fue perseguida por la Iglesia católica. De esta época data también la fascinante catedral de Saint-Just, construida en Narbona entre 1272 y 1332. Con un coro de 41 metros de altura, es una de las más altas de Francia. Sin embargo, el imponente edificio de estilo neogótico, con sus aspilleras y poderosos contrafuertes, recuerda más a una fortaleza medieval que a un lugar de culto. Sin embargo, desde la torre norte del complejo se tiene una fantástica vista de Narbona y sus alrededores.

También merece la pena ver los restos de la época romana. En primer lugar, el horreum, un antiguo granero que está dispuesto como un criptopórtico, es decir, bajo tierra, en impresionantes arcos. No menos interesantes son las partes que aún se conservan de la Vía Dormita en el centro histórico de Narbona. Un paseo por las orillas del Robine también es pintoresco. El Promenade des Barques y el pintoresco Pont des Marchands, rodeados de tranquilas plazas, son especialmente atractivos.

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